Seguramente te ha pasado. Que descubrís un lugar donde hacen algún tipo de comida como nadie más. Y decís perfecto! Descubrí "la maravilla envuelta en huevo" (gracias a Naty por la frase...) Pero, a los días ¿qué pasa?, que seguramente hay dos tres o más personas como vos que se dan cuenta de la mina de oro y entonces, cada vez que pasás de nuevo por tu delirio gastronómico, nunca hay.
Descubrí, no voy a decir dónde, una gente que hace los mejores rollos de canela del país (y no es Cinnabon) pero resulta que las últimas veces que he ido: "Ay, se nos acabaron", "No mamita, hasta en la tarde...", "Ay que pena! otra vez no hay..."
Doña Maritza, por favor!! No nos niegue ese gusto al paladar a mis compas y a mí. A mayor demanda, debería haber más oferta. Introducción a la Economía... ¿No ve que es muy desmotivante pasar todo el día desgustando imaginariamente tan apetitoso entremés y pegarse el alegrón de burro de que no haya... No hay derecho!
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2 comentarios:
La octava maravilla envuelta en huevo, para ser exacto.
Eso mismo me pasa con la crema de ayote de Bagelmens. Una única y bendita vez la pude probar.
ya me dejó picado... a donde es?
pd. yo creí que había descubierto algo delicioso la primera vez que lo probé... ayer lo hice x segunda y no me gustó... moraleja: cuidado, puede ser un engaño.
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