Es algo que todos deberían hacer más a menudo. Aunque no les gusten los animales. Ir a la Plaza de la Cultura y sentarse en una banca a comerse un helado y ver las palomas.
Y si de paso lo hacen por sacar el rato y compartir con alguien que quieren, mejor.
Yo me devolví como diez años al pasado, me sentí como cuando llevaba a mi hermana al "pley", muchas veces sin ganas, porque "qué pereza andar cuidando carajillos". En ese entonces no era consciente que esos momentos difícilmente iban a volver. Y ahora la miro, casi más alta que yo, caminando mientras buscamos un lugar dónde ubicarnos. Cómo añoro esos días en los que se agarraba a mis rodillas y me veía desde abajo con sus ojitos negros, profundos. Y su sonrisa: "quiero sapas" (pasas)...
miércoles, mayo 02, 2007
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1 comentario:
Ja, ni me digás q me da yeyo...
Yo todavía las chineo así, como si fueran más pequeñitas que yo. Tamañas mamulonas, pero para uno siempre van a ser las bebés.
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