Por lo general tengo buena suerte, pero hay días que a uno definitivamente no le toca...
Y hay que dejarse de varas. Que lo que está para uno es para uno... O no.
Ayer estábamos en una celebración del día del publicista. Normalmente en estas fiestas organizadas por la AIP, se hacen rifas de fines de semana en hoteles de playa, televisores, relojes, canastas de productos y premios similares. Bastantes premios.
Pero este año creo que se decidió invertir más en los grupos y el bailongo (que dicho sea de paso no estuvo nada mal) y los premios, o más bien EL premio, estuvo... ¿cómo decirlo? poco apetecible.
Pues bueno, el premio de la noche era una silla de oficina: con rodines, respaldar y asiento acolchado, color azul oscuro, nueva de paquete, embolsada, cortesía de Metalín y venía con todo y rotulito que pregonaba "Los muebles METALIN no tienen fin"...
Ese fantástico premio lo recogí gracias a mi compa Carlitos, que al irse me dejó su tiquete de entrada no sin antes advertirme: "si me gano algo me lo recoge..."
Así que foto con la silla, compas gritando: "que se siente, que se siente..." (de sertarse, no de sentir) y traslado de la silla a las 12 medianoche, con todo y cruzada de calle, me tocó a mí. Mientras el verdadero dueño ni se había enterado de su adquisición porque tenía el celular cortado...
Así que esto es para aclararles a todos los que me creyeron la afortunada propietaria de una silla de oficina... y que me preguntaban ¿que se siente ganarse una silla? Pues que nada. No soy la dueña.
Por una vez que pego algo... y ni siquiera es para mí!!! Nada como ser honrada...
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1 comentario:
No solo me hiciste reir, sino que tambien me enseñaste que en cuestiones de rifas, no estoy solo en lo salado.
Mientras los demas se levantan a recoger su premio, quedemonos vos y aqui conversando y tomando a sorbos.
Salud
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