imagen ©Greenlady
repente uno se da cuenta, se sorprende a sí mismo cantando... o silbando.
Recuerdo que mi abuelito siempre silbaba. Lo recuerdo con su cigarro en la mano, brocha y pintura. Pasaba silbando todo el día mientras trabajaba. Solo paraba de silbar cuando almorzaba y se tomaba su fresco de cas -yo me tomo el fresco hasta que termino de comer- me decía... Estaba feliz y sobretodo, hacía las cosas con gusto.
Creo que esa fue la enseñanza más grande que me dejó. Por más humilde que sea un trabajo, cuanto más agrado le pongás, la retribución emocional será más alta y más contento te vas a sentir. Al punto de cantar.
Cuando uno canta deja salir lo que siente, es una expresión no solo cultural sino también del estado de ánimo. Alguien por ahí me dijo que uno canta también cuando está triste. Puede ser. Tal vez en esos momentos no cantás a todo pulmón, pero sí te imaginas las melodías en tu mente... Al igual que a veces nos ponemos masoquistas y escuchamos canciones para moquear, en ocasiones esa música viene desde adentro acompañando la escena nostálgica, como en una película. Función expresiva de la música, en el argot audiovisual, según Armand Balsebre.
No sé dónde la escuché o si me la inventé pensando en que todos tenemos una banda sonora que acompaña diferentes momentos de nuestra vida, pero hay una frase que me gusta mucho, una pregunta que todos deberiamos poder contestar sin titubear: Does your life have a soundtrack?
1 comentario:
Bien dicho.
Y si - mi vida tiene un soundtrack.
Sin cancion mi vida seria bien triste y deprimida.
Musica es vida y mi vida es musica.
=)
S.
http://viviendomividafeliz.blogspot.com/
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