La música no se puede escuchar en el vacío, pero tiene que existir un silecio previo para que aparezca.
Es este silencio el que me rodea ahora. El que me envuelve de nostalgia y añoranza. En el que sueño y te reinvento a cada instante. En el que me veo extraña y apacible. Sin ganas de tomar el mundo con mis manos y sin ganas de besar el aire frío. Sin ganas de que regrese el invierno y tener que usar zapatos para nieve.
No quiero que el tiempo se vuelva mi enemigo y me muestre la realidad de mis años. Tampoco quiero jugar con ese tiempo que ha madurado. Me he cansado de los gatos que juegan con una madeja de hilo y que esperan que se rompa sin hacer ruido. Sola. En silencio. No quiero tampoco bailar en el silencio de una estación: de tren. Invierno. Que se vaya el frío. No lo quiero. Prefiero ese silencio, mientras te espero. A que llegues junto a mí, suave, despacio, con tu música. Después del silencio!
viernes, marzo 25, 2005
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