De hecho ya se ve viejillo, jijiji... Pero igual es como vacilón ver a un artista de "joligud" y ahora gobernador de California, tranquilamente, tomándose su cafecito con otra gente. (Y como 5 guardaespaldas)
Mis compas sí se tomaron fotos con él, pero a mi me dio un poco de "polada" y me fui antes de que el distinguido Arnold les cediera unos minutos para retratarse y dejarse un bonito recuerdo.
Y si de recuerdos hablamos, la clase de economía de la semana pasada fue bastante instructiva para los negocios y para la vida. Vimos los "sunk costs" o gastos irrecuperables (el legítimo "échele tierra" o "apúntelo en una marketa de hielo") y nos decía el profe que en términos económicos estos costos se deben ignorar y actuar de acuerdo al presente y a una proyección futura, sin que interfieran en las decisiones. Pues bueno, nos decía, que lo mismo pasa con las relaciones y nos puso el caso de cuando uno piensa en "todo el tiempo invertido" en una relación y no sabe qué decidir. Pues ese es un sunk cost. Ya pasó. No es recuperable. No debe influir.
Pues sí, a veces cuesta no pensar en esos costos. ¡Pero ni modo! Hay que hacerle caso a las sabias palabras...
Casi casi iguales a las de esta señora... Se llama Rafaella Carrá de quien les traigo aquí dos joyitas. Un par de clásicos con una filsofía de vida muy valiosa: Por si acaso se acaba el mundo, todo el tiempo he de aprovechar...
(Malo para las cervicales eso sí...)
(Búscate otro mas bueeeeeeenooooo... vuélvete a enamorar)
(Malo para las cervicales eso sí...)
(Búscate otro mas bueeeeeeenooooo... vuélvete a enamorar)