La de ayer... cuando decía que lloraba, pero no... cuando era fuerte y siempre sonreía.
Cuando parecía no sentir las espinas de la vida. De la otra vida. La de mis quince. A la que no quiero volver. Cuando siempre andaba "asquerosamente alegre".
Cuando mis pies iban firmes por la vida, pero no por el asfalto.
Cuando me gustaban dos y tres y cuatro... eso no ha cambiado.
Pero te das cuenta que vas creciendo porque algo le pasa al corazón, que se pone como débil, que está sensible y ahora si le importa si lo quieren o no lo quieren.
Sabe que poquito a poco va dejando atrás las cosas bellas, la vida. Quizás sabe que le falta poco y está llegando a su destino.
domingo, junio 26, 2005
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