Hoy me quedé "guardada". Tengo alergia en los ojos y no quiero empeorarla metiéndome a un lugar con mucho humo. Pero es que además, "salir de antro" en México es toda una experiencia antropológica.
El jueves pasado el profe de Operations Management nos dio lo que podríamos llamar un "monólogo", a mi parecer digno de alguno de esos programas de humor. En él hacía referencia a las múltiples visicitudes que pasa cualquier cristiano ya mayorcito, cuando "es llevado" en busca de un poco de diversión nocturna en el DF o a algún "antro" popular de otras ciudades del país.
Bueno, yo no por un choque generacional (no es que esté vieja para salir) sino más bien cultural, me sentí identificada con lo que decía Mr. Maurice Levy en su clase y por eso decidí postear a grosso modo lo que no termino de entender y me parece un poco exagerado en esta dinámica de "salir de antro":
Paso 1. Emperifóllese.
Para salir "de antro" hay que super taconearse, super peinarse, super maquillarse y super perfumarse. Una hora para poder estar en condiciones decentes o aceptables. Ahí es donde extraña uno "la Chicha" o "La esquina" en San José, donde se puede ir como le dé la gana sin miedo a que no lo dejen entrar.
Paso 2. Aguante presas o busque el trillo.
Para llegar al "antro" hay toda otra tragedia... Como las distancias son tan largas y aún en la noche hay un tráfico considerable, entonces hay dos opciones: o se aguantan hasta 45 minutos o más en ir de un lugar a otro o les "da gueva" ir a diferentes lugares porque están más lejos y terminan siempre yendo a los mismos. El mentado "Hotel" de la foto está cool, pero ya después de ir 4 veces y saber que canción es la que sigue, la hora en que ponen la pólvora, ver la misma gente haciendo lo mismo y sin poder ni hablar porque por el bullón no se puede, pues ya como que cansa, por más que el lugar esté muy tuanis.
Paso 3. ¡Cuidado con un majonazo!
Esta es la parte que, en lo personal, más detesto y a la cual dedicaré un poco más de líneas a ver si puedo exteriorizar mi falta de tolerancia e incomprensión con respecto al asunto.
Cómo les puedo explicar lo que es tener a la gente media hora, una hora, o a veces más... a la entrada de un lugar detrás de "la cadena", amontonados, empujándose, recibiendo pisotones, codazos y jalones de mechas, así como si estuvieran en primera fila de un concierto, como si "Popeye" o cualquier otro "cadenero" conocido fuera un artista de Hollywood, le gritan, le hacen señas y levantan las manos, para que los deje pasar.
Leyendo un blog sobre "antros" gays (que tampoco están excentos de este tipo de filtros) encontré un comentario que me llamó la atención, acerca de un nuevo lugar que implementaba este sistema de ingreso: "Lo primero que pensé fue que el lugar sería todo un éxito dado que a los mexicanos nos encanta que nos traten mal" (sin comentarios...)
El criterio de quien decide quién entra y quién no, puede variar desde qué tipo de ropa lleva uno (de ahí la importancia del paso 1) hasta de qué tan clara u obscura tiene la piel, con quien vayas, si es "una pareja", "4 niñas" o "dos y dos" o si ya te conocen y le caes bien al de la entrada. Este caso es el de mis compas y nunca hemos esperado más de 15 minutos (gracias a Dios!)
Después de lograr que lo pasen al otro lado de la cadena, la gente cambia de actitud... "yo sí soy cool ya entré"... "estoy entre la selecta élite"... o como decíamos en la escuela "la carga aquí, la chusma allá"...
Y bueno, una vez adentro se da uno cuenta que el lugar está vacío, que tienen a todos los amontonados haciendo tonto afuera y hasta como a las 12 se va llenando con la gente "bonita" que van dejando entrar. Así que toda la payasada de la entrada es nada más para que el lugar se "cotice" y la gente le de más ganas de ir... según ellos. Como les digo, no termino de entender cuál es la dinámica. He ido a diferentes discos en varios países y solo aquí en México he visto que hagan eso... Por qué, no sé.
Paso 4: Diviértase, evite el exceso.
Bueno, ya una vez adentro, es como cualquier lugar. Mucho humo, mucha gente, música fuerte y sobre todo, mucho alcohol. Les puedo decir que los mexicanos no es tequila lo que más toman. Le gana el vodka, el ron, o si son pudientes el whisky, que muchas veces piden por botella(s) en una mesa. Y ya una vez ennotados no hay quien los pare. Aquí el asunto es que si uno se descuida, también lo "montan en la carreta," con peligro de no bajarse durante todo el tiempo que dure su estadía.
Paso5: Absténgase de ligar, a menos que le gusten los mocosos.
Los guapos cuesta verlos. Y si están guapos y lo saben son super creídos. La mayoría tiene un look que no me gusta del todo: Eso de la camisa de vestir con dos botones sueltos, rosarios colgando y el pelo chupado de vaca hacia atrás, no me termina de encantar...
Además, al menos en mi caso es mejor estarse quieta, porque si no le llegan a hablar a uno cada chamaco... los de 18, 22, etc., si no es que están todavía en la "prepa" y andan jugando de grandes... En Acapulco ya fue el colmo con un "escuincle" que me llegó a preguntar si yo tenía 16 años... y yo: no papito, tengo casi el doble...
Bueno como diría Condorito... ¡PLOP! Y para todo lo demás, "¡exijo una explicación!"