Por qué a veces susurran
cosas deliciosas al oído
y después callan su voz
hasta por escrito.
Por qué a veces te llaman tres y cuatro veces
y después ganan las olimpiadas de la desaparición.
No entiendo a los hombres que quieren que los consientas,
pero simpre están demasiado ocupados
para ese propósito.
No entiendo cuando dicen
que no juguemos con sus sentimientos,
si pasan casi siempre aparentando
que no los tienen...
Sencillamente ¡no los entiendo!
jueves, noviembre 10, 2005
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