sábado, agosto 23, 2008

La ropa, como el amor, nunca es suficiente...

Ese es el copy de un anuncio de una gran tienda aquí en México.... ¿Elocuente verdad?
En materia de publicidad he visto algunas cosillas interesantes... y bueno, también otras que mejor ni hablar...
Ya me llevaron al Estadio Azteca a vivir una experiencia antropológica única. Y de verdad que presencié cosas vacilonas y muy autóctonas y otras que ni imaginé que existieran, por ejemplo los "cuida cinturones" en la entrada del estadio... que le cobran por cuidarle a uno la faja durante el partido poque no dejan entrar a nadie con hebillas.
Ese día no llovió. Estuvo bastante rico el clima. Pero la verdad es que me falta un poquito de aire: la combinación altura, caminadas y distancias, sumada a la contaminación y al frío mañanero o nocturno, da como resultado, una alergia-resfriado un poco incómoda. Ya me empastillé. Qué queda...
Bueno pero venía a hablar de ropa no de enfermedades o fútbol.
La cosa es que estoy viendo como "reacomodar" mi guardarropa (o sea mis dos maletas) en una y media (o sea en una de verdad y una de mano) La cosa es que en el aeropuerto de acá, me desbarataron las rueditas de una de ellas... y cuando fui a la banda giratoria a sacarla cual fue mi sorpresa de que mi maleta no "caminaba"... se le habían caído las patitas!!
Así que uno de mis contenedores de mi vida y de mi look y fashion, va abandonar el trip en tierras del tequila (pinche maleta pendeja) y he tenido que hacer un cambalache y meter en la de mano unas cosas y conseguirme otro bolso de mano grande y llevar otras bolsas con algunas cosas de comida y el café que traigo... en fin, ahi veré como me va y si me la podré jugar así de aquí al otro año.
No me cabe lo que traje, pero aunque parezca una tontera querer llevar, lo suéters, pantalones, zapatos y bufandas, en serio, ¿qué hace uno si la ropa es necesaria? y si, como dice una pequeña tienda de San Pedro, cuyo slogan es igual de grande a la tienda del copy del título, no se puede andar chingo...

martes, agosto 05, 2008

Mi vida en dos maletas



Y de repente, me voy...

Aunque no es algo tan súbito. Ya van varios meses de estarlo pensando, planeando, tramitando, dando vueltas...
Pero ha sido en las úlimas 3 semanas (casualmente las más rudas que he tenido en dos años y pico de trabajo) en las que todo se ha movido y me ha puesto la casa, el escritorio, los sentimientos y las ideas patas arriba.

Algo me decía que julio iba a estar difícil... Además de los colochos mentales, trámites, vueltas y demás papeleos de rigor, de pronto me encuentro pensando... ¿Cómo p*tas voy a hacer para que me quepa todo en dos maletas de 50 libras c/u?!?

Tengo que llevarme mi vida a cuestas, como un caracol. Y aquí es donde pienso: ¿Porqué no tendré solo "un par de pares" de zapatos? Tengo que ver cómo acomodo, doblo y/o comprimo todo eso. Algunas de las cosas que llevo, no se pesan con la balanza sino con el corazón. Y creo que no se necesita mucho más que mi cerebro y mi presencia, para lo que voy a hacer.

Me voy a ver el mundo, a tragar algunos números, a vivir experiencias nuevas, a reencontrarme con viejos amigos y a recuperar momentos que añoro que regresen. Voy a forjarme un futuro, si se me permite sofreír la frase. Voy a sacarle provecho a una parte de mí que está inquieta, con hiperactividad académica. Voy a chinearme un rato. Como dice una canción que me gusta mucho: voy caminando por la vida, sin pausas pero sin prisas... Quiero respirar profundo.

¿Que si estoy nerviosa? Pues sí ¿Emocionada? También ¿Triste? Para nada... Echaré de menos algunas cosas, pero creo que lo puedo soportar.

Y bueno, no me salió tan mal el primer intento de llenar las dos maletas. La paciencia es liviana y las penas y malos ratos no han sido tantos, es poco peso y de todas formas, ¿quién se los quiere llevar?